Demasiado simpática.
Demasiado amable.
Demasiado inteligente.
Demasiado académica.
Demasiado sexual.
Demasiado exitosa.
Demasiado valiente.
Demasiado directa.
Demasiado transparente.
Demasiado independiente.
Demasiado.
En mi adorado terruño guaraní ese es el problema real de género.
La expectativa del paraguayo promedio para las mujeres es una imagen comedida, austera de expresiones de pasión y emoción. Aunque no lo acepten, leo sus mentes.
Oh no! Qué diría la gente si te emociona Sartre o Lenny Kravitz? Mejor emocionate en silencio nena.
El actual contexto social, dónde el macho paraguayo marca la pauta reproductiva, es culpa de las madres de generaciones pasadas que no permitieron que los nenes planchen sus camisas o barran la cocina.
Cómo estás criando a tus hijos?