Tus besos no me satisfacen.
Tu lengua en mi boca no es suficiente aliciente para calmar el fuego de mi entrepierna. Quiero más.
Tus caricias no me satisfacen.
Tus manos cuando recorren mi piel sobre la ropa tibia no calman la desesperación que siento en la boca del estómago cuando te pienso. Quiero más.
Tu dulzura no me satisface.
Tus palabras pícaras no son capaces de llenar los espacios entre cafés, cigarrillos y toda la ansiedad de lo no dicho. Quiero más.
Tus miradas no me satisfacen.
Esa forma lasciva en que miras mi escote y recorres mi boca no puede darme el placer que mi carne desea. Quiero más.
Tu sexo.
Vos dentro mío. Gimiendo. Sudando. Arañando mi piel. Mordiendo mi clítoris. Acariciando mis senos. Tomándome el pelo. Dándome nalgadas. Y otra vez dentro mío.
Eso quiero. A vos te deseo.
¿Qué es el amor, sino la expresión de nuestros deseos más íntimos?
¿Qué esperas nene?