Estoy persuadida de que existe una gran mujer en mí. Me sedujeron con una dulce mirada y una caricia casi robada alrededor de mi cintura. Un apretón que me dejó sentir toda su fuerza física y toda su ternura.
La última vez dejé que la pasión le gane a la seducción. Que la soledad le gane a la dulzura. Esta vez no. La seducción es un juego que volví a conocer después de muchos años gracias a un caballero como de los que ya no quedan. De los que no mienten, de los que encaran cosas y las terminan, de los que te besan la mano y dicen gracias solo por tu compañía. De los que adoran los alfajores y los disfrutan de a poco.
Me emociona sentirme de vuelta una mujer a la que están seduciendo con paciencia, elegancia y clase. Esa es la mujer que me gusta ser. Esa es la que nunca debí dejar de ser.
Adoro que las cosas se hayan desacelerado. Este ritmo es más real y no es tóxico. No hay pasado, solo presente. Ninguno de los dos es perfecto. Eso es lo mágico.
He conocido un ingeniero de la seducción.
Y como buen ingeniero se toma el tiempo de utilizar el conocimiento de la ciencia, la matemática y su experiencia para encontrar las mejores técnicas. Se está tomando el tiempo de evaluar las diferentes opciones de diseño sobre la base de mis cualidades y ha elegido la solución que mejor se adapta. Ir despacio y conquistarme. Como se debe conquistar a una mujer. Comiendo alfajores y dando el espacio justo a todo. Sin agendas tensas, sin impaciencia. Más amor, menos explicaciones.
Encontré alguien que está en mi misma frecuencia universal y quiere lo mismo que yo: paz después de años de tormentas.
Un caballero de dulce mirada que ya vivió las mismas noches alcohólicas que yo, que lloró casi las mismas penas y que está listo a traer calma a la escena. Como cuentan las historias de la calle de la ciudad en la que convivimos cada día: ambos estamos en ese momento dónde ya no hay más que vivir cosas buenas para nuestros hijos.
Un tipo a mi par, a mi nivel. Que satisface mi sapiosexualidad, que tiene la vida hecha y la misma dosis de ambición que yo. Esa ambición sana, que construye futuro, que trae tranquilidad después del esfuerzo de cada día.
Esto es sólo un proyecto mental, pero me llena alma al saber que no hay nada que esperar, más que lo que sea que vaya a pasar cuando sea el momento. Cuando acaben los alfajores.
Te dí alfajores y me diste la luna. Gracias ingeniero. Eso ha sido suficiente.
Un tipo a mi par, a mi nivel. Que satisface mi sapiosexualidad, que tiene la vida hecha y la misma dosis de ambición que yo. Esa ambición sana, que construye futuro, que trae tranquilidad después del esfuerzo de cada día.
Esto es sólo un proyecto mental, pero me llena alma al saber que no hay nada que esperar, más que lo que sea que vaya a pasar cuando sea el momento. Cuando acaben los alfajores.
Te dí alfajores y me diste la luna. Gracias ingeniero. Eso ha sido suficiente.
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Te di alfajores. |
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Me diste la luna. |