lunes, 15 de mayo de 2017

12 lecciones de amor para mi mente inquieta

Esta es una historia real.
1. No debo ir tan rápido. Mejor no le doy toda la información sobre mis actividades a menos que él pregunte.
2. No chatear sobre varios temas al mismo tiempo porque él se marea y se desespera.
3. No esperar respuestas inmediatamente. Él analiza y procesa todo antes de responder.
4. No reacciona a ningún estímulo sexual. Olvidarme de todos mis trucos mágicos.
5. No existe ningún compromiso expreso. Considerarme soltera.
6. No expresar sentimientos escritos o dichos. Al pedo voy a esperar una respuesta de retribución. Normalmente él pregunta cosas cómo: me queres? cuánto? te gusta?
7. Los fines de semana y el tiempo que pasa con sus seres queridos, alejarme. Especialmente cuando se despide de ellos. No sabe relacionarse con otros cuando siente dolor. No es nada personal.
8. No esperar nada. Cero expectativas. Agradecer lo bueno y disfrutar el momento. Estoy siendo evaluada. Debo recordarlo cada día.
9. Aunque duela su honestidad, escuchar. Fingir buena aceptación a sus críticas. Retirarme y procesar. No demostrar cuanto me cuesta dejar de ser una solitaria malcriada.
10. No tratar de ser perfecta. Mostrarme real. Él si puede ver más allá de mi personaje. No debo temer.
11. No le importa el dinero. Su interés es totalmente emocional. No debo hacer regalos caros, pero sí valiosos.
12. Si me ignora no considerarlo un agravio. Él tiene su propia agenda. No soy una prioridad.
Éstas han sido la docena de lecciones que aprendí mientras jugaban conmigo. Me han servido para aprender a bajar un rato las defensas y darme cuenta que así no me gusta el amor. Cruel, frío y lleno de reglas. 
Hay cuatro cosas que él ha sembrado y que darán su fruto, espero pronto. Qué pena que no estará ahí para verme lograrlo. Se dará cuenta de todos modos que nunca mentí ni fui desleal. Va recordar estos días como mágicos y serán ya irrepetibles. 
Pero como dice Queen: El show debe continuar.
Aunque me hizo daño, no hay rencor. Al contrario, es uno de los más lindos episodios de mi Libro Negro. En mi arte está inmortalizado.
La gente que me conoce hace décadas lo sabe muy bien: no me enojo, no pregunto, no me altero y nunca pierdo el glamour.
Ya soy inmune a que me rompan el corazón. Estoy muy orgullosa de mi misma.