domingo, 16 de diciembre de 2012

Capítulo 4: El hijo, la madre

Mi hijo es la luz de mi vida. Ahora, en mi estado emocional agobiado y devastado no deseo que me vea. No deseo que pregunte por qué estoy triste. No podría decirle.

Su padre es excelente como tal, no hay duda. Deseo el bien para ambos. Ahora mismo no se como, pero lo voy a hacer. El problema, el obstaculo, no debe impedirnos darle amor a él.

No deseo más humillación, más agravios, mas ataques, mas respuestas, mas gritos. Todo lo que hagamos quedará en él y eso podria ser irreparable. No me lo perdonaría.

Se que se puede, no se si ser amigos, pero si ser buenos padres.