jueves, 29 de mayo de 2008

Mentiras


Todo es una mentira.

Empezando por mi fuerza y siguiendo con mi independencia. Lo peor es que no puedo parar de mentir. Soy débil y cuando me enamoro me vuelvo absolutamente dependiente.

No tengo excusa válida por haberte hecho daño, pero por este claro desequilibrio que sufro fui capaz de mentirte tan infernalmente.

No he tenido una vida glamorosa, no he dado la vuelta al mundo, no he protagonizado grandes aventuras, pero he sufrido tantas tragedias (algunas más que marginales) que mi mente ha decidido llevarme a vivir a ese castillo desde entonces.

Hace años que vivo en esta inconciencia. En esta decadencia de disfraces, bufones y caretas. Soy mil personas y ninguna.

Mi yo está muerto, no existe.

Me da pánico estar en soledad porque soy parte protagonista de un monólogo interminable con cientos de personajes. A algunos los odio tanto.


¿Qué soy? Esta existencia híbrida me está destruyendo. No veo con claridad cuando miro hacia le futuro. No puedo divisar ni siquiera el mañana cercano. Todo está nublado. Y desespera.

Siento que he llegado al límite.

Además de a mi misma te hice daño a vos. Te obligué a perder la fe y a odiarme. La culpa me está enloqueciendo y probablemente no haya retorno. No me quedan oportunidades. Y el dolor es indescriptible.

Yo sé que nada es absoluto pero mi yo relativo es el que me está hundiendo en este abismo.

He mentido y he robado, y si en la  vencida mato va a ser víctima del crimen el peor de mis costados.
Probablemente me toque también a mi condenarme en el intento.