Nunca antes me fijé en los años de mi rostro.
Son profundas las marcas de las noches, del exceso, del sexo.Cada lágrima que he derramado ha marcado su propio surco en mi mejilla.
Nunca antes me fijé en los cauces de tristeza de mi rostro.
Son profundas las marcas del dolor, la tristeza, la soledad.
Cada golpe ha marcado su propio surco en la comisura de mis labios.
Nunca antes me di cuenta de lo triste que se ve mi rostro en el espejo.
Puedo distinguir claramente dos reflejos: la que soy y la que nunca fui.
Nunca antes me gusto la que soy, pero ya no anhelo a la que nunca fui.
Te encontré. Quiero que te quedes aquí mismo.
Me avergüenzan todas las manos que antes acariciaron mi piel.
Duelen todos los besos que he regalado al viento.
Te encontré. Hubiese deseado que me encontraras más pura.
Me avergüenzan todos los sollozos que antes me arrancaron.
Te encontré. Hubiese deseado no tener tantas barreras.
Nunca antes me di cuenta de que el tiempo era poco.
Puedo distinguir claramente dos senderos: dejarme amar y dejar de amar.
Nunca antes me deje amar, pero ya no deseo dejar de amar.