Tus ojos que ríen me llenan de una dulce emoción.
Me conmueve hasta lo más profundo tu ternura secreta.
Me eriza la piel tu caricia imparable.
Me desarma tu beso criminal.
Todo el dolor nos construyó, me enseñaste.
Toda la decepción nos endulzó, me susurraste.
Hoy somos las partes perdidas del rompecabezas universal de toda la dulzura humana que ya parecía extinta.
No me sueltes.
No te suelto.
Juntos en este dulce abrazo.